Energía de Piscis

El viaje de la energía por todo el zodiaco que comienza en Aries con la explosión creativa, llegó a su máxima expresión en Capricornio y se diluye en Piscis. En las aguas de Piscis nace y termina todo. Dos peces nadando en sentido contrario pero unidos por un hilo invisible representa la unión de los opuestos, donde uno no puede existir sin el otro ya que vivimos en un universo dual donde todo forma parte del Todo y el equilibrio entre esas dos fuerzas lleva a la armonía universal.

En Piscis, regido por Neptuno y Júpiter (regente tradicional) los límites se disuelven, dónde termino yo… dónde empieza, no solo el otro, sino todo lo que está a mi alrededor. En Piscis soy capaz de fundirme con ese atardecer, con esa canción, la siento, me hago una con ella. La hipersensibilidad que nos lleva a captar aquellas variaciones sutiles que no pueden explicarse con la mente racional: el aire huele diferente, el ambiente está raro… y sin poder explicar por qué, eso me hace sentirme distinta, me afecta, porque estoy conectada con ello de un modo que no comprendo. Con Piscis llega la comprensión de que no solo somos iguales, con los mismos problemas y anhelos, sino que realmente somos la misma cosa y de ahí surge el amor y la compasión universal.

Disolución, compasión, empatía, sensibilidad, resonancia, inconsciente profundo, inconsciente colectivo, misticismo, silencio, ilusión, fantasía, servicio…

Cuando la energía está en sombra, la persona tiende a negar su hipersensibilidad y capacidad de resonancia y se puede volver hiperracional por el miedo que le genera la confusión que provoca estar continuamente captando tanta información. También puede haber una tendencia a usar el alcohol o las drogas como mecanismo de escape para evadirse de la dura realidad y por anhelo de disolución con el Todo, volver a esas aguas oceánicas. Piscis nada en círculos sabiendo que nada tiene principio ni fin.

Todos navegamos por esta energía que se activa en determinadas situaciones o en determinados ámbitos, no es una energía exclusiva de las personas que tienen su sol en piscis, aunque sí que forma parte intrínseca de su ser.

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